sábado, 23 de enero de 2010


A veces me planto aquí delante sólo para obligarme a sacar todo eso que no saco cuando no estoy sola.

Hoy me he mordido otra uña más de mi mano izquierda... ya sólo quedan dos intactas.
Sus vecinas de la derecha están todas perfectas. Como si quisieran escaparse de que mis dientes y mi estrés las destrocen. Lo consiguen. Lo consigo yo.

A decir verdad, sé cuándo fue. Y sé que queda poco para que sea otra vez.

A veces me digo: "Chica, qué tonta ¿no? pensar que podía sacar todas esas preguntas sin respuesta que hay en mí y darle a cada una de ellas la rima perfecta. La nota que falta."

Mi colmillo izquierdo acaricia la uña del dedo anular de mi mano diestra. Nooo, no, no. Aléjate.

No es que quiera que vuelva un jueves.
Supongo que en el fondo sí, pero en la superficie sé positivamente que no hay forma.

Que hay formas y formas, pero que ésa, no existe.
Ahora que tus pupilas recorren éstas líneas sin entender nada de nada, entenderás.

Y entenderás que no me acostumbro.

Que siempre te acuerdas de encender el interruptor cuando entras a la habitación, pero no siempre te acuerdas de apagarlo.
Que no, por mucho que la repitas millones de veces, una mentira siempre será una mentira.

...era por mí.