sábado, 31 de enero de 2009

Toc, toc, toc..


Ayer llamaron a la puerta.
Y cuando abrí...

Digamos que el pecado al que llamaba con la creación de este espacio de ideas, llegó.
La verdad, hubiera preferido... a la soberbia, por ejemplo.

Pero no.
La ira se instaló en los huecos libres de mi organismo y se quedó conmigo.
Incluso pretendió soñar conmigo.

Digamos que la dejé meterse en mi cama.

Y como intuía que iba a pasar...
...y como pasa muchas veces cuando dormimos
con alguien que no debemos, cuando he abierto los ojos ya no estaba.

Y menos mal...

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